Friday, February 17, 2006

Hay olor a huevo duro!!!

Para qué vamos a venir con cosas: una engorda porque come. Parece lógico pero no lo es, porque haces memoria y concluyes que hace como tres meses que una come una vez al día, o come sólo ensaladas, o eliminó de cuajo las masas… y no entiendes. Entonces una va a la farmacia amiga, mete los $100 a la pesa y pesa un kilo más. Y es que esa semana que comí sólo tomate y atún, tipín miércoles el cuerpo como que me pidió que fuera al kiosco y me comprara unas bolitas Hershey´s y dos súper 8. Y resulta que el viernes me vino a ver mi hermana del campo y me trajo porotos granados hechos por mi mamá, y no le iba a ser el desaire… sobre todo si venían con sanguchitos de pan amasado con queso mantecoso, pensé. Y era el lunes de la semana siguiente y pesaba un kilo más. Volví derrotada a mi casa, creyéndome perdedora, sin fuerza de voluntad. Pasé junto al “rey del cuchufli” y, creyéndome sin caso, me compré un paquete de tres, de esos que vienen rellenitos hasta arriba. Mientras crujían en mi boca, me miraba en las vitrinas del camino y, aunque el reflejo era lejano, lograba ver mi celulitis a través del jeans. Pensé que de todas maneras no tenía un motivo real para estar mina, no había perro que me ladrara ni gallo que me pis… cantara. Miré en un paradero la foto de la protagonista de la nueva teleserie y la vi tan linda, tan menudita y pensé que jamás me llamarían porque yo no tenía esa cinturita… entonces me cayó la teja: si a ella, que actúa como el forro, la llaman porque es flaquita, entonces yo también lo seré, yo también seré menudita, yo también seré menudita!! Grite en mi mente. Esa era la motivación que necesitaba, no hombres, no tallas menos de pantalones, sino trabajo, que me llamaran para actuar. Y saqué la conclusión más lógica pero, a su vez, la que más cuesta aceptar: uno engorda porque come. Entonces miré el cuchuflí que me quedaba, miré el basurero del paradero, volví a mirar el cuchuflí… y decidí que, ya que lo tenía en la mano, me lo comería, pero le dediqué una mirada profunda, como un símbolo del fin de las golosinas. Estaba decidida, bajaría de peso a como diera lugar y nada ni nadie lo impediría. Llegué a mi casa como renovada, como si mi vida hubiera dado un giro y me sentí de inmediato algo más delgada. Fui al súper y compré varias escarolas, aceto, atún, pechuguitas y lo mentalicé de inmediato como la base de mi alimentación, por lo menos por un par de días. Y así pasó la tarde del lunes, todo el martes y el miércoles. El jueves me levanté y de inmediato me miré al espejo. Estaba mejor, sin duda. Me sentía más liviana y no con esa caña de comida que una tiene cuando se da panzadas de noche y amanece con tufo a boloñesa. Estaba bien. Sentí un trueno en mi tripa y supuse que sería un pequeño gas producido por el exceso de lechuga, pero me dio lo mismo porque hasta me sentía con buen estado físico, lo que me vino de perilla el jueves en la tarde, cuando me llamó mi agente para contarme que al otro día había un casting para un comercial de nectar, al que estaban llamando sólo a actrices, había que ir con buzo “pero igual anda con uno bonito, onda minita”. Y me sentía mina. Perfecto. Finalmente todo es una cosa de actitud, pensé, así que esta vez yo sería la elegida. Al día siguiente me puse el buzo de raya al lado, ese que es apretadito de poto, pero de pata medio ancha y una polera bonita sobre mi sostén de casting (ese que te aumenta un pelín y te sube), apliqué maquillaje suave, onda sport y partí. Llegué al lugar y, curiosamente no había nadie esperando. Justo detrás de mí llegó otra muchacha con un buzo similar al mío, bajo el cual pude reconocer el ajuste de sus calzones de casting y pensé que yo también debería tener unos así. “¿Dónde hay que inscribirse?” me preguntó la muchacha y estaba a punto de decirle no sé cuando salió el gordito de siempre apuntándole la nariz con el lápiz bic. “Tu nombre” le dijo y ella, decentemente, le indicó que yo había llegado primero. Me agradó el fair play. “Oye, ¿y no hay nadie más esperando?” pregunté. “Es que llamamos a ciertas personas no más, porque el casting lo tienen que hacer con el actor, ya saben, el que es rostro del jugo… sale la que está adentro y sigues tú” y se fue. ¡¿QUÉ?!¡¿CON ÉL?! No lo podía creer, si él era mi sueño desde las tres últimas telenovelas, lindo, sexy y tan encantador… me miré en los espejos de la salita de espera y me subí un poco más las pechugas para aplanarme, además, el vientre y miré por el espejo a la de los calzones que hacía lo suyo con su poto. Me miró y me dijo un ahogado y emocionado “weona que nervio!” al momento que salía desde adentro de la salita contigua la enamorada muchacha que acababa de hacer su casting y que dijo como hipnotizada “dicen que pase la siguiente” Me quedé parada con los ojos abiertos, inmóvil, como weona de puro nervio. La de los calzones de movió y me dijo “tranqui galla, si eríh regia” a lo que respondí un tímido “gracias” y entré. En el umbral de la salita respiré, recordé que ahora era mina y avancé con paso seguro. “Hola, yo soy Lorena, la publicista, te voy a explicar de una carrera lo que tienes que hacer que es bien fácil… bueno, a él ya lo conoces me imagino” Él giró en cámara lenta y se acercó mirándome “Hola, bienvenida”… ¡¡¡WACHITO RICO!!! Quería tirarme arriba de él, decirle que lo amaba y comérmelo, pero en cambio le dediqué un cool “Hola, como estai?” “Bueno –continuó Lorena- aquí hay dos banquitas, cierto?, entonces tú vas a poner los pies en una y las manos en la otra, ya? y tienes que hacer flexiones, te fijai?, ahí es donde llega él y te dice que eres buena deportista, que si te puede acompañar, ya? hacen un par de flexiones los dos, después tú te sientas, te secas la supuesta transpiración, me entendíh? él se sienta a tu lado y te ofrece un refresco… eso no más”. Ya. Miré la banca, me puse en posición, hice una flexión y sentí de inmediato que tenía todo dominado. Puse mi cara de foto y Lorena dijo “acción!”. Hice las primeras flexiones y comencé a oír pequeños truenos en mi estómago, truenos que iban en aumento a medida que aumentaban las flexiones, ay Diosito, ay Diosito por favor que no se me salga nada, decía yo en mi mente sin modificar un músculo de mi cara de foto, maldita lechuga, maldito huevo duro… mierda, va a salir con olor a huevo duro!! “Hola, ¿te puedo acompañar?” y el minazo se acercó y me hizo un cariño en la cara. “Claro…” y se puso en posición de flexión al tiempo que yo sentía como un pequeño gas de desarrollaba en mi vientre. Apreté mi trasero con toda mi disimulada fuerza tratando de evitar una tragedia… pero no hubo caso. El gas se escapó en mi primera flexión junto a la de mi actor favorito. Y con olor a huevo duro. Sentí cómo un color fucsia cubría mi rostro. Tomé fuerzas de flaqueza en una fracción de segundos y, completamente profesional, me senté en la banca, sequé la transpiración de mi frente y dije “¿Me das un refresco?”. Apenas salí de la salita oí un estallido de risas que provenía desde adentro y quise morir. Una vez en la calle me desarmé. Estaba tan avergonzada que quería desaparecer… Maldita dieta… y tenía que ser justo frente a él… y todo quedó grabado! Me senté en el paradero a lamentarme. Ahora sí que la cagué, o sea literal, mi carrera insipiente está destruida, pensé, nunca más me van a llamar si quiera para hacer un casting. Miraba las micros que pasaban a ver si algún número me servía cuando oí “Oye, qué onda tu casting…” Era la de los calzones que se sentaba a mi lado. “Se pasó el gallo, tan mino y tan cerdo!, si cuando entré había un olor asqueroso y el muy caradura decía que él no había sido, obvio que nadie le creyó, la Lorena esa le decía que era último de hediondo y que tú te habías pasado pa profesional porque hasta te había hecho poner roja… se pasó!” No lo podía creer. De pronto como que se abrió el cielo, una luz cayó sobre mí y pude respirar. “A propósito – me estiró la mano- me llamo Camila, ¿y tú?”

2 comments:

Carlitros M.- said...

Hola, como estas?
La verdad, debo ser sincero, no pude aguantarme la risa mientras leia...
Aunque imagino que debio ser un momento super vergonzoso, igual el final se dio para que salieras digna de la situacion.
Sabes, disfruto mucho viendote en TV, tienes algo especial.
Ojala vaya todo bien en lo personal y en lo profesional.
Seguire leyendo tus Post anteriores...
Un Saludo Grande.
Carlos

C+ said...

Ah...con este si que me rei con ganas, pero tuve que reemplazar mentalmente al niño original del jugo por Jorge Zabaleta porque no me acuerdo cual es :)